Tratamientos y acabados de superficies de piedra

Richard Watzler

 

La piedra vive a través de su tacto Los clientes no sólo quieren ver una piedra, también quieren tocarla. Es importante saberlo a la hora de escoger acabados.

El que una piedra parezca dura o blanca no es sólo una cuestión de petrografía. El mármol puede sentirse duro y el granito sedoso dependiendo de cómo se haya tratado la superficie. Casi todo es posible. Bastamente apomazado o flameado, altamente pulido o áspero con un acabado microfino hecho con láser. El factor decisivo es el uso que se vaya a dar a la piedra y el impacto visual que se quiera crear.

La misma piedra: sienita Gebharts, en diferentes acabados: pulida, apomazada, serrada con hoja de diamante, raspada, abujardada y esmerilada.

 

Aparte de las superficies pulidas, vuelve a estar de moda que se vean las huellas del proceso de acabado. Esto hace que cada tabla sea única. Una superficie estructurada muestra que el material no acaba en la superficie, sino que tiene una profundidad: en otras palabras, es materia, no sólo decoración.

Ejemplos de tratamiento decorativo en caliza francesa. ROCAMAT

Las técnicas de elaboración tradicionales como apomazado o abujardado siguen estando disponibles, pero el relieve de la superficie es muy áspero y es adecuado principalmente para muros. Los suelos apomazado o abujardados son antideslizantes, pero difíciles de limpiar. Las piedras envejecidas artificialmente son una alternativa. Las tablas se arenan en un tambor rotatorio añadiendo cuarzo o grava gruesa. Los perfiles desiguales mejoran el aspecto rústico. Un recubrimiento final con cera restaura el color del material.

Comparación de superficies: arriba pulidas y abajo con los tratamientos de envejecido y chorro de agua..

 

El chorro de arena es uno de los procedimientos más empleados. A pesar de haber máquinas modernas y abrasivos, no existen aún normas o pruebas para la rugosidad de las superficies. Las superficies de los suelos siempre muestran marcas de la abrasión bajo ciertas condiciones de iluminación, así como diferencias de brillo dependiendo del contenido mineral y su distribución.

La cara más atractiva de una piedra natural es la superficie pulida, que saca a la luz su variedad total de colores y estructura. Normalmente, la superficie es pulida hasta un punto en que ya no se vean las marcas de la abrasión. La ventaja de la superficie pulida, aparte de su apariencia, es que su limpieza es más fácil, pero no es una superficie antideslizante.

Maquinaria automática para diferentes tipos de tratamientos de superficies.

Una de las formas más habituales de tratar piedras duras que contienen cuarzo es el flameado. La superficie flameada tiene unas buenas propiedades antideslizantes, pero es difícil de limpiar, sobre todo en interiores. No todas las piedras se pueden flamear y puede ocurrir que cambie el color de la piedra, dependiendo del material. Los granitos amarillos se vuelven rojizos, otros colores se vuelven amarillos o grises. Para tratar la superficie sin cambiar el color, las piedras susceptibles de este cambio se tratan con chorro de agua. La apariencia resultante no es comparables con la conseguida con ningún proceso tradicional de acabado. La estructura de la superficie varía según la presión del agua y a través de la velocidad.

Las superficies raspadas están experimentando un boom como alternativa al chorro de arena. La superficie tiene un tacto suave de terciopelo. Dependiendo del proceso, los efectos de brillo y las propiedades visuales son tan variables como en el caso del chorro de arena. El raspado a menudo va precedido de un proceso de acabado más basto, como el flameado. Después del tratamiento más basto, la capa se suaviza mediante cepillos con cerdas de metal o de plástico que contienen granos abrasivos. Los cepillos se pueden montar en una fábrica convencional. La ventaja es que se consigue una superficie con una estructura suave y viva, más fácil de limpiar que las superficies flameadas.

Superficie de granito flameada y raspada

Cepillos para el acabado de superficies, con corindón o caucho.

Ayudas mecánicas y químicas contra el deslizamiento

Tropiezos, deslizamientos y caídas han figurado durante años a la cabeza de la lista de accidentes, superando incluso los de tráfico. La causa muchas veces es que no se han tomado las precauciones antideslizantes oportunas para el suelo. Especialmente suelos de piedra muy pulidos a menudo no cumplen los requerimientos, por lo que hay que hacer cambios retrospectivos. El tratamiento químico posterior es una posibilidad para mejorar las propiedades antideslizantes. Los agentes antideslizantes reaccionan con los minerales del suelo, los desprenden parcialmente y hacen más rugosa la piedra. Las depresiones microscópicas mejoran las propiedades antideslizantes.

Las piedras naturales pulidas (aunque sean posteriormente tratadas) sólo pueden usarse en superficies donde se puede andar descalzo, como zonas de veraneo, saunas, cuartos de baño, etc.

No deberían usarse productos de limpieza después de un tratamiento químico antideslizante. La durabilidad de este tratamiento está determinada por la resistencia a la abrasión y el grado de suciedad de la piedra. El desgaste de la superficie de la piedra puede causar un gradual alisamiento que haga necesario repetir el tratamiento después de algunos años.

Con las piedras calcáreas, la cristalización con fluosilicato puede mejorar las propiedades antideslizantes en condiciones de ambiente seco. En este proceso, en primer lugar la piedra natural se limpia en su totalidad con lana de acero, luego se aplica la emulsión y se trabaja con una almohadilla especial. El proceso cambia la estructura de la superficie de la piedra, la hace más dura y mejora sus propiedades antideslizantes. Este proceso es adecuado también para renovar suelos calcáreos rayados y con mal aspecto. Muchos suministradores de servicios ofrecen este método.

Las bandas antideslizantes pegadas a la piedra son una ayuda adecuada en escaleras, y fondos de lavabos o duchas y las tienen empresas como 3M o Akemi.

El tratamiento con láser no es ni químico ni mecánico. Las superficies de piedras a las que se aplica un tratamiento láser antideslizante conservan durante mucho tiempo el brillo y la intensidad del color. Existe una unidad portátil que se puede usar en baldosas ya colocadas. El rayo láser pulsado crea micro-cráteres en la superficie. Se puede establecer varios grados de antideslizamiento (hasta un máximo de R10), dependiendo de la separación y del tamaño de los cráteres individuales.

Vista con microscopio: tratamiento láser antideslizante.

Los métodos mecánicos de tratamiento antideslizante se utilizan casi exclusivamente antes de la colocación. Una posibilidad es flamear y la otra es abujardar. Una tabla de mármol puede ser desbastada mediante arenado, así se consigue hacerla antideslizante y la superficie permanece lisa (no así en el caso de piedra agrietada o flameada). El denominado “fine blasting” o “blasting estructure” resalta el carácter típico de la piedra y hace claramente visibles sus componentes minerales, a la vez que crea una superficie muy lisa que es antideslizante y segura.

Dispositivo eléctrico para el abujardado de superficies.

Como consecuencia del gran número de accidentes ocasionados por deslizamientos en superficies interiores de piedra el German Berufsgenossenschaft inició un proyecto de investigación sobre las propiedades antideslizantes de este tipo de suelos. El proyecto tenía como objetivo elaborar recomendaciones sobre la selección de estructuras y tratamientos más adecuados para aumentar las propiedades antideslizantes de los suelos y prevenir accidentes. Se analizaron 44 suelos de piedra natural de diferentes características con calzado de suela de goma y de piel sobre suelos secos, húmedos y aceitosos, de acuerdo con la norma alemana DIN 51130 “Pruebas de revestimientos en suelos, determinación de propiedades antideslizantes”. Los resultados muestran que las superficies de piedra natural pulida no son suficientemente resistentes al deslizamiento. Los suelos de piedra natural tratados C120 muestran una resistencia al deslizamiento suficiente en seco y en húmedo. Por lo tanto, debería utilizarse este tipo de suelos de piedra en vestíbulos y zonas similares.

 

Cincel: la clásica herramienta de escultores y canteros.

 

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