Los ónices: materiales siempre de moda

 

Los materiales comercialmente conocidos como ónices son científicamente alabastros (o alabastros calcáreos) formados por deposiciones de carbonato de calcio del agua rica en bicarbonato, generalmente en cavidades en los macizos de piedra caliza. El término ónice u ónix (que deriva del término griego que significa “uña”) se refiere a dos tipos distintos de roca: la primera es el ónix calcáreo, objeto del presente artículo, y la segunda es una variedad criptocristalina del cuarzo. 

Las características técnicas y estéticas del ónix varían en función de la dirección del corte; si el corte es paralelo al nivel de la estratificación (corte transversal), se ve sobre la placa un diseño circular; si el corte es perpendicular (siguiendo el sentido de la veta), resalta la estratificación sedimentaria. Actualmente prevalece el corte transversal, porque con este corte se resalta la característica de translucidez. 
Característico de los ónices es la presencia de bandas, debido al hecho de que los niveles de carbonato pueden tener diferentes colores, según la concentración de los minerales y las impurezas que contengan. 
El mineral más común del “mármol ónix” es la calcita, seguida de aragonita; otros minerales frecuentemente asociados son arcilla y cuarzo. El color es blanco o variado (beige, naranja, marrón, rosa, rojo, verde, celeste, amarillo) por las impurezas de la distinta composición química. El color del ónix rara vez es uniforme, de modo que en el mismo yacimiento se alternan materiales claros con oscuros e incluso marrones o de color blanco opaco (variedad menos apreciada). Son muy frecuentes las vetas o manchas marrones rojizas, debidas a la presencia de óxido de hierro. 
Los ónices pueden reducirse en lastras de grosor centimétrico que, vista la facilidad de rotura, se refuerzan a menudo con soportes artificiales y con impregnaciones de resina epoxi. La resistencia de los ónices a los agentes atmosféricos es pobre, por lo tanto su utilización es más adecuada en interiores sin contacto con humedad (cocinas y baños) porque incluso los ácidos relativamente débiles pueden destruir el material; actualmente el uso más extendido es el forma de tabla de 0,8 a 1,5 cm y retroiluminada (en este caso, la tabla se pule en ambas superficies).  
 

El empleo más frecuente es en la elaboración de diferentes objetos: ya en el quinto milenio antes de Cristo se fabricaban vasijas en Egipto. Tablas de mesas, elegantes mostradores, elementos decorativos varios, chimeneas, revestimientos murales retroiluminados y columnas son algunas otras aplicaciones, aparte de su empleo en esculturas.

 

Nombres comerciales de los ónices

En los nombres comerciales se hace una referencia expresa al color: “Ónix Blanco”, “Ónix Verde”, “Ónix Naranja”, “Ónix Rosa”, “Ónix Rojo”, “Ónix Azul”... Se usa el mismo nombre para materiales de distinta procedencia (Ónix Verde es un nombre comercial utilizado para los materiales procedentes de Pakistán, México, Irán, Afganistán y Turquía); históricamente se denominaban “Color Manzana” o “Color Membrillo”. La denominación comercial puede hacer referencia a la localidad (Orán Onyx en Argelia o Evia Onyx en Grecia) o al país de extracción (Afghanistan White Onyx, Indian White Onyx); en algunos casos se les da a los ónices nombres imaginativos (Mandarina Ónix de Colombia, Ónix Fantástico de México).  

 

 

Los ónices en el mundo

La edad de los yacimientos de ónix suele ser reciente (Plioceno y Cuaternario), mientras que el uso histórico es antigua. Ya Plinio recuerda el material extraído en canteras de Italia y Grecia. En Italia, los “ónices” más célebres son los sicilianos (Onice di Custonaci, por ejemplo), los del Lacio (Onice del Circeo, de diversa variedad cromática, ya conocido por los etruscos), los piamonteses (Onice di Busca), los de Campania (Onice Gesualdo), además de la denominada “Estalagmita de Carso” y de los ónices lombardos procedentes de Bérgamo. El ónix tirolés de Val Venosta era usado localmente y en Viena. Hay que señalar también la variedad toscana (“Onice di Montalcino”), mientras que el denominado “Alabastro de Volterra” está compuesto de yeso.   

En Europa los ónices están presentes en varios países: en Francia (Estalagmita de Bédat de los Altos Pirineos), en España (Ónix Málaga y Ónix o Estalagmita de Gibilterra, de importancia histórica), en Grecia (“Ónix de Creta”, Volos Onyx, Evia Onyx), en Eslovaquia (Zlata Oniks, Spisske Onyx), en Croacia (Gorjan Stalaktit, Bale Stalaktit), en Portugal (Alabastro do Vimioso, Onyx Branco), en Albania (Lushnje Honey Onyx), en Macedonia (Dorato Onyx).
Los depósitos turcos son numerosos (Yunus Emre, Tokay Yesil Onyx, Akhisar Altin, Cubuk White Onyx, Seben OnyxGul Balikesir, Rainbow Onyx, Sunshine Onyx, Grey River, White River), pero en general de cubicación limitada (por ejemplo, “Demirci Oniks”). 

A nivel mundial el área geográfica más rica en yacimientos de alabastro la componen Pakistán, en el distrito de Chagai, Irán y Afganistán, en las provincias de Bamyan, Helmand e Faryab. Célebre en particular es el Ónix de Pakistán (también llamado “Onice Giada” o simplemente “Giada de Pakistán”) extraído en Beluchistán; con el término Ónix de Pakistán se denomina a menudo erróneamente a distintas variedades de ónix procedentes de varias partes del mundo. 

De estos tres países provienen múltiples variedades comerciales; sólo a título de ejemplo se pueden citar materiales pakistaníes tales como Balochistan Brown, Balichistan Green, Onyx LG, Green Onyx Pakistan, Red Onyx, Gold Onyx Pakistan; ónices iraníes muy conocidos son Naghadeh Onyx, Emerald Onyx, Persian Green, Damghan Green, Pink Onyx, Cappuccino Onyx; de Afganistan proceden Afghanistan White Onyx y Afghan Green Onyx.
Los países africanos más importantes en lo que a extracción de ónix se refiere son Argelia, Marruecos, Egipto, Tanzania y Namibia. De Argelia procede la variedad Oran Onyx, Onice Nuage de Argelia y, en el pasado, se extraía el “Onice” en la antigua ciudad termal romana de Aquae Sirensis; yacimientos históricos famosos son los de las provincias de Orán (Mármol de Orán) y de Constantina (Ónix Rojo de Constantina); de Marruecos procede el Ónix de Skoura, de Egipto el Ónix Oriental (“Alabastro Cotognino”, “Alabastro Melleo”), de Tanzania los ónices de colores rosa y rojo African Sunrise, Songwe Onyx, Onyx Waves y de Namibia lla variedad Namibia Onyx, Daheim Onyx. 

En el norte y centro de América podemos citar diversas variedades mexicanas (entre ellas, el Ónix de Pedrara, blanco / verde con vetas de color naranja, que se utiliza mucho en San Diego, EE.UU., el Mármol Tecali, el Ónix Oaxaca y el Ónix Inca) y hondureñas, como Ónix Monte y Juan y Ónix Cedro. Entre las variedades extraídas en los Estados Unidos destacan Utah Onyx, Rosa Grande Onyx y Vista Grande Onyx.   

De Sudamérica proceden otras variedades de ónices. En Argentina: Ónix Azul de Antofagasta, Ónix Verde San Luis, Ónix Azul y otra variedad blanca; en Brasil Onyx Nacarado, Onyx Macadame, Onyx Cile y Golden Onyx; en Colombia Mandarina Ónix, en Perú Ónix Cebrino y Ónix Fantástico, de Ecuador Ónix Zula.  
Entre las rocas chinas figura también un “Mármol Ónix” de color amarillo / marrón, comercializado como “Butter Scoth” y las variedades Ice Flake Jade, Crystal Red Onyx, Honey Onyx China y Golden Dragon Onyx.
De India proceden algunos ónices importantes tales como Lilac Onyx, Indian White Onyx y Jhiri Onyx. Israel también extrae algunas variedades de ónix, entre ellas el Tirat Carmel Onyx. 
 

Producción

No es fácil recabar los datos relativos a la producción anual del ónix. En lo que se refiere a la provincia de Balochistán, Malkani (2011) indica, una producción de 70.748 toneladas en el año 2007. 
Sólo una mínima parte de la extracción del ónix de la cantera, al menos en la principal área mundial de extracción (Beluchistán) se hace de manera mecanizada; la mayor parte de la actividad se realiza manualmente. Para la extracción del bloque se usa el polvo negro (Gun Powder) y se extraen bloques de dimensiones limitadas, tanto por las características geológicas del afloramiento, como por la modalidad de extracción (la excesiva utilización de explosivo causa fracturas incluso en la parte del yacimiento “in situ”), o por la dificultad de movilización, debido a la falta de medios idóneos y de bloques de dimensiones elevadas, raramente se consiguen bloques de dimensiones estándar. Uno de los principales problemas del Distrito de Chagai es la falta de agua, necesaria en grandes cantidades en las labores de extracción. 
El mundo del ónix es, como podemos ver, enorme, fascinante e interminable. ¡Ha estado presente en todas las antiguas civilizaciones y siempre está de moda!

 

Luca Alciati & Laura Fiora