El "Espectáculo de Piedra" del Metro de Moscú

Yuri Sychov

 

Todos los días, cerca de 9 millones de pasajeros del Metro de Moscú, llegan a ser involuntarios visitantes de un verdadero "espectáculo de piedra". La idea de crear un relajante entorno subterráneo a través de un extenso uso de la piedra decorativa en techos y suelos, fue puesta en práctica por primera vez en 1935. Hoy en día hay 162 estaciones y la decoración en piedra predomina en la mayoría de ellas. Es un reportaje de Yuri Sychov.

Todos los días los cerca de 9 millones de personas que bajan a las 162 estaciones del sistema de ferrocarril subterráneo de la capital Rusa (el Metro de Moscú), llegan a ser involuntarios visitantes de un "Museo de Arte Pictórico en Piedra". Mucha gente no parece dar importancia a esta exposición permanente. Sin embargo, los 800.000 m² de mármoles altamente decorativos y de otros tipos de piedra en las paredes, en los suelos y en los diseños de las estaciones, así como en los pasillos, tienen efectos muy beneficiosos en la psique humana.

La tradición de hacer las estaciones de metro con mármol se remonta a los comienzos de esta forma de transporte en ciudades cuyas calles en la superficie no podían soportar su gran volumen de vehículos. A principios de la década de los años 30, el gobierno soviético y, según se dice, Joseph Stalin personalmente, solicitó a los diseñadores de la propuesta del metro de Moscú que: "hicieran del Metro el más renombrado del mundo, demostrando con ello la superioridad del sistema socialista; las estaciones debían provocar la ilusión de "un espacioso lugar a plena luz del día"…". Hay que decir que, en gran medida, los arquitectos y constructores cumplieron satisfactoriamente los deseos del gobierno.

La primera fase

Con recorrido desde Sokolniky hasta el Parque de la Cultura, con un apéndice desde Lenin Library hasta Smolenskaya, la primera estación del Metro de Moscú se abrió el 15 de Mayo de 1935. Los atónitos pasajeros, aventurándose bajo tierra por primera vez, pudieron ver 13 suntuosas estaciones decoradas con mármoles y granitos procedentes de los Urales, Georgia y Ucrania.

Estaciones de Mayakovskaya y Kropotkinskaya. Arquitecto: A. Dushkin, 1935

 

La construcción de la primera línea del Metro dio un empuje muy positivo a las industrias soviéticas de extracción y elaboración de la piedra, que hasta el momento se encontraban muy descuidadas. El mármol blanco jugó un papel dominante en la arquitectura de las primeras estaciones. La idea era dar a las estaciones un toque de luminosidad y elegancia, para crear la ilusión de estar a plena luz del día.

En ese momento la única fuente de mármol blanco en la URSS era la cantera de Koyelga en la región de Cheliabinsk en los Urales. Venían realizándose trabajos de extracción aquí desde 1.925, en cantidad de 500-700 m³ al año. Las dos fuentes más antiguas de mármol blanco de los Urales (Prokhorovo-Balandinsk y Polevsk), eran canteras abandonadas imposibles de recuperar en ese momento. El mármol de Koyelga se empleó para revestir las columnas de las estaciones de Sokolniki, Chistiye Prudy (la antigua Kirovskaya), Aleksandrovskii Sad (la antigua Comintern, luego Kaliniskaya) y Okhotny Ryad, y las columnas y las paredes de los pasillos de la estación de Kropotinskaya (antigua Palace of Soviets). La estación de Kropotinskaya es una de las más elegantes de la Línea 1. Se dice que, inicialmente, todas las columnas y paredes (y los techos) fueron decoradas con yeso. Parece que los arquitectos decidieron no especificar mármol para los revestimientos porque pensaron que esto restaría "luminosidad" a las estaciones. Algún tiempo después la decisión se invirtió y se instalaron baldosas y tablas de mármol de Koyelga. La estación no perdió nada de su elegancia, pero la monótona "blancura de hospital" que daba el yeso fue reemplazada por un material natural con una pizca de tonos coloreados. Los mármoles grises de las estaciones de la primera línea también provenían de los Urales. En aquellos tiempos, la mayor cantera de mármol del país, que producía 1.500-2.000 m³ de bloques al año, era la cantera de Ufalei en la región de Cheliabinsk. El mármol gris azulado y con rayas onduladas de Ufalei adorna las paredes y las columnas de la plataforma de las entradas a las estaciones de Sokolniki, Chistiye Prudy y Lubyanka (antigua Dzerzhinskji). Otro mármol de los Urales, proveniente de la cantera de Shabrovsk en la región de Sverdlovsk, tiene un característico estampado parecido a las nubes de color gris claro (se empleó para embaldosar las paredes de la estación de Smolensk). Y otro mármol gris, o más exactamente gris-negro con vetas blancas, extraído de la cantera de Sadakhlo en Georgia, se empleó en la decoración de las columnas de la estación Okhotny Ryad.

Estación de Krasnoselskaya. Arquitecto: B. Vilensky, 1935

Cuando se estaba construyendo la primera línea del Metro de Moscú, no había ninguna cantera que produjera mármol de color en la URSS. La atención se centró en Crimea, donde se conocían fuentes de calizas duras del Jurásico Superior. Los trabajos de cantería se iniciaron específicamente para abastecer el proyecto del Metro. Las piedras de Crimea pasaron a ser el material de color predominante en los vestíbulos de la línea 1.

Las piedras calizas de Crimea tienen un uso histórico local desde mediados del siglo XIX. En el comienzo del siglo XX, la competencia entre mármoles importados de Grecia e Italia provocó el cese de la extracción local. En 1.933-34 se reinició la actividad en varios sitios para satisfacer las necesidades del Metro de Moscú. Pero hubo varios problemas con el tamaño y la calidad de los bloques de algunas canteras y finalmente tan sólo fueron aceptados en Moscú los bloques de tres de ellas. Tras una rigurosa selección se optó por variedad de calizas de Crimea que realzaron los interiores de las estaciones, dando a su arquitectura una belleza simple y espiritual, con reminiscencias del color de un día de otoño en el sur.

Una pequeña cantidad de mármol coloreado que se usó en la línea 1, se obtuvo de viejas canteras abandonadas: Nizhne-Tagil (Sapalskii) en los Urales y Shroshinskii en Georgia. También se usó mármol coloreado procedente de canteras de Gazgan en Uzbekistán, aunque con una extensión muy limitada en algunas estaciones de la línea 1. Más tarde el mármol de Gazgan jugó un papel muy importante en la decoración del Metro.

Debido a la escasez de materias primas carbonatadas, cuando la línea 1 se estaba construyendo, la mayoría de las paredes de los túneles de peatones se revistieron con baldosas de cemento que parecen estar fuera de lugar al lado de sus bordes de mármol. La deficiencia se rectificó en parte con el uso de calizas duras y dolomitas no demasiado decorativas procedentes del centro de Rusia. La situación respecto a las piedras decorativas de sílice fue considerablemente mejor.

La mayor parte del granito para las estaciones de la línea 1 vino de Ucrania, donde ya había mejorado notablemente la extracción para construir el Mausoleo de V. I. Lenin. Para algunas estaciones de Metro el material elegido para el suelo y las escaleras fue granito gris-verdoso de Yantsevo, procedente de la región de Zaporozhe. En opinión del autor, el mejor uso de este material es cuando se combina con el granito rojo brillante de Tok, de la región de Dnepropetrovsk: largas baldosas alternando el granito gris y el rojo para el suelo, colocadas como un tablero de ajedrez en la estación de Kropotinskaya, hacen un bonito contraste con las columnas de un blanco níveo. En la línea 1 se pueden admirar otros siete granitos ucranianos. El único que no proviene de Ucrania es el traído de la cantera de Kaarlakhtinsk en la región de Leningrado (noroeste de Russia). En la estación de Chistiye Prudy los suelos son de este atractivo granito, de color rosa-lila.

Fase 2

La construcción de la siguiente fase del Metro (parte de las líneas de Zamoskvorets y Arbat-Pokrovsk), de 1.935 a 1.938 coincidió con los preparativos de la construcción del Palacio de los Soviets, lo que provocó, hasta cierto punto, un gran desarrollo de las canteras de piedra decorativa de la Unión Soviética. Por ello, la gama de colores a disposición de los diseñadores de las nuevas estaciones del Metro aumentó considerablemente. Aún hoy se puede decir (hablando en términos de riqueza y variedad de las piedras decorativas expuestas), que la segunda línea del Metro de Moscú no tiene rival en todo el mundo.

Estación de Ploschad Revolutsii. Arquitecto: A. Dushkin, 1938

Además de los mármoles blancos, también se usaron los amarillentos, los mármoles color pajizo de la cantera de Polevskoye en los Urales y el mármol blanco semi-transparente con dibujos parecidos a las nubes de la cantera de Prokhorovo-Baladin. El antiguo material se usó en los pasillos de la estación de Teatralnaya (antigua Sverdlov Square) así como en algunos elementos de las columnas; esta última piedra se empleó para decorar la parte central del hall de la misma estación, y para las columnas se usaron piezas sólidas.

No había suficiente mármol blanco ruso para completar los trabajos de la estación de Teatratnaya, así que para suplir la carencia de material se empleó mármol de Carrara (de las ruinas del Templo de Cristo Salvador). Hay tantas piedras decorativas en la línea 2 del Metro de Moscú que se podría escribir un libro entero para catalogarlas todas. A continuación se describen unos cuantos ejemplos a destacar. En las columnas de la estación de Bielorusskaya podemos ver mármol rosa-violeta de la región de Khabarovsk en Siberia, y también en las columnas y partes de los pasillos de la estación de Sokol y en detalles de los pasillos de la estación del Aeropuerto. Los tonos puros rosa-violetas de este mármol, junto a sus "bosquejadas" vetas estampadas, provocan la asombrosa sensación de un cuadro impresionista.

El ónix marmóreo amarillo miel de Armenia fue el primero que se usó en las estaciones de Bielorusskaya, Dynamo y Sokol. En la estación de Dynamo se instaló iluminación interna detrás de finos paneles de piedra semitransparente, colocados encima de unas plataformas que le san un efecto de cristal teñido. Se compraron en Armenia para enriquecer el Metro de Moscú dos materiales únicos: mármol negro con venas blancas traído de la cantera de Khorvirab y otro mármol negro, éste con vetas amarillas, de la cantera de Davalin. Podemos apreciar estos materiales en las estaciones de Bielorruskaya, Aeropuerto, Plaza de la Revolución, etc. La estación de Mayakovskaya es quizás la más atractiva de la Línea 2. La rodonita Carmesí (también conocida como rubí palo) es un mineral muy pintoresco: dendritas negras y vetas de manganeso contra un fondo carmesí y marrón rojizo crean la impresión de escenas campestres de fantasía. La rodonita es conocida como una piedra semi-preciosa, muy utilizada en la fabricación de souvenirs, arte y piezas de joyería. Su uso para la decoración de la estación de metro de Mayakovskaya es, sin duda, único. El área total de rodonita instalada en las incrustaciones de las columnas de la estación es de cerca de 80 m². Otra piedra bastante rara, que se empleó sólo en la estación de Mayakovskaya es una diorita gris verdosa traída de Crimea.

Línea 3

La construcción de siete estaciones en la Línea 3 del Metro de Moscú (1.939-44) tuvo lugar durante la guerra, sin embargo el uso de piedras decorativas continuó de manera incesante.

Las columnas y las paredes de los pasillos de la estación de Novokuznetskaya se revistieron con mármol lila-rosa de Agveran, en Armenia. La estación de Avtozavodskaya destaca por sus altas columnas tetraédricas revestidas con mármol Oroktoi lila-amarillo de Gorny Altai. De acuerdo con el equipo de construcción, en 1.942, un convoy especial articulado llevó el mármol necesario para completar el trabajo. La estación de Baumanskaya es bastante impresionante gracias a sus 20 columnas revestidas con mármol rosa de Gazgan - en el proyecto se empleó cuarcita Shokshinsk carmesí de Karelia igual que en el Mausoleo de Lenin en Red Square.

Los años de la posguerra

En los primeros años de la posguerra (1.945-54) una de las mayores obras que se llevó a cabo fue una línea circular que conectaba las líneas radiales existentes con las planeadas. Aunque millones murieron en el horroroso conflicto, había un sentimiento de supervivencia nacionalista y el ánimo de la época quedó reflejado en una "triunfalista" arquitectura de la ciudad que se refleja en el diseño de las estaciones del Metro. Hacia el final de la década de los 50 se produjo un período "trágico" en la arquitectura soviética, marcado por lo que un comentarista contemporáneo calificó de "una pomposidad excesiva y pretenciosa". Los excesos, sin embargo, no se extendieron a las estaciones de la línea circular. Esta línea muestra el empleo más grande de mármol de Gazgan gris y amarillo-rosáceo de Uzbekistán (este material se usó en el Metro en 1.994, cuando las tasas de importación excluyeron un uso mayor).

Desde el final de los años 60 la arquitectura soviética siguió un curso relativamente sosegado, cuando junto a los avances tecnológicos comenzó a aparecer un cierto estilismo más dinámico. Esto es evidente en las estaciones de Metro de Kitai Gorod, Kuznetskii Most, Varshavskaya, Chekhovskaya, Pushkinskaya y Nakhimovskii Prospekt. Se emplearon algunas piedras nuevas. Las columnas tetraédricas de la estación de Preobrazhenskaya Ploshchad, cuyo diseño recuerda a un cuartel, están iluminadas con serpentina Shabrovsk de los Urales, mientras que para unas columnas similares en la estación de Rechnoi Voksal en la línea de Zamoskvoretskii, se empleó caliza dura de la cantera Molit en Georgia por primera vez en el metro. Este material tiene un estampado fantástico a manchas y unos tonos rojos, grises y marrones. Los túneles de pasajeros en la estación de Chekhovskaya están decorados con mosaicos hechos con jaspe, lazurita, serpentina, rodonita y mármol siguiendo diseños florentinos. El enorme vestíbulo de la estación de Kuznetskii Most es un excelente ejemplo de cómo los tonos calientes del mármol de Gazgan (tiza-rojizo, blanco, amarillento y gris azulado) pueden suavizar la apariencia de la estructura.

Contemplando las estaciones de Metro del período que va desde 1.970 hasta 1985, debemos mencionar otra piedra decorativa que jugó un papel importante en el concepto artístico de los interiores: el mármol de la cantera de Burovshina en la región de Irkutsk. Es un material rosa-verdoso y rojo que tiene aspecto de granito. Lo podemos ver en varias estaciones de la Línea Tagansk-Krasnopresnensk. El final de la década de los 80 sólo nos dejó un material interesante en el Metro, el mármol Kibit-Kordon de la república de Khakassiva, que se usó para revestir las paredes de la estación de Domodedovskaya.

La década de los 90

Desde el comienzo de los 90, durante el paso a un período postsoviético, comenzó una nueva etapa en la arquitectura rusa, que queda reflejada en el diseño de las diez estaciones de la Línea Lyublino, que va de Chkalovskaya a de Lyublino. En una de sus estaciones,Rimskaya, vemos algo poco usual: unas estatuas de dos niños pequeños (¿Rómulo y Remo esperando a la loba?) entre las ruinas de un templo de mármol. Un comentarista escribió: "es la simbiosis de la antigüedad con el arte del metro ruso".

Estación de Preobrazhenskaya. Arquitecto: N. Demchinskii, 1990

En la Línea Serpukhov-Timiryazevsk (1.991-2.001) no encontramos demasiadas soluciones arquitectónicas exitosas que incorporen piedra natural. Hay casos donde hay un mal uso de la piedra, sin tener en cuenta sus propiedades decorativas o el concepto global del interior, ha provocado la antítesis del efecto deseado - creando asociaciones negativas por parte del espectador / pasajero. Por ejemplo, una ancha banda de mármol Agur negro puesta encima de las paredes de un blanco níveo de los túneles de pasajeros en la estación de Orekhovo puede percibirse como si fueran unas amenazantes nubes de tormenta. El granito rojo, altamente decorativo de ondulante estampado de la cantera de Syuskyuansaari en Karelia que hay en el suelo de los vestíbulos subterráneos de las estaciones de Tverskaya, Shabolovskaya y Tsvetnoi Bulevar, en contraste con el mármol blanco de las paredes y de las columnas, nos da la impresión de un mar de sangre que queda tras un tiroteo. Afortunadamente se dan pocos casos de este mal uso de la piedra, casos que se deben a la falta de experiencia de los instaladores.

Pared en la estación de Chekhovshaya. Arquitecto: V. Cheremin, 1990

Gracias a la interminable variedad de colores, a los estampados y a la estructura de las piedras empleadas en las diferentes estaciones del Metro de Moscú, se ha creado un museo de "arte de piedra" único en el mundo. No estamos hablando sólo de un revestimiento, sino de todo un museo geológico que consta de varias docenas de variedades de piedra de más de 100 canteras. Entre ellas figuran: mármol, dolomita, caliza, oficalcita, ónice, travertino, serpentinita, granito, granodiorita, diorita, sienita, gabro, anortosita, gabro-diabase, labradiorita, basalto, teserita, migmatita, gneis, tufa felsita, cuarcita, jaspe, rodonita, amazonita y wollastonita. Las paredes y las columnas de las estaciones de Metro no son sólo una "escuela silenciosa" de educación estética, sino también un colegio donde se puede aprender las bases de la mineralogía y la petrografía dentro de un fascinante marco histórico-arquitectónico.

Estación de Chkalovskaya. Arquitecto: N. Alyoshina, 2000

Como ya pueden imaginarse, limpiar los suelos y escaleras de piedra es un trabajo en sí mismo. Cerca de 1.000 trabajadores llevan a cabo esta tarea. La limpieza de la piedra decorativa del Metro de Moscú se hace cada la noche y, en las estaciones más concurridas incluso se llega a limpiar los suelos y escaleras dos o tres veces al día.

Todos los años entran en servicio dos o tres nuevas estaciones. Se va a instalar piedra decorativa en prácticamente todas ellas. ¿Dónde podemos encontrar más información acerca de la piedra decorativa del Metro de Moscú? Por desgracia no hay referencias a fuentes impresas. Esperemos que algún día podamos encontrar un libro-guía sobre estos materiales.

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