El imperio austriaco de la piedra

 Richard Watzke info@richardwatzke.de

 
Los conciertos de Año Nuevo, la cultura vienesa en el arte de tomar café y el Red Bull no es todo lo que puede ofrecer Austria. También puede ofrecer, por ejemplo, piedras naturales… que eran y son populares en toda Europa.
 
 
Hubo un tiempo en Austria en que la piedra natural tomó el papel de primer violín en la danza de los materiales de construcción. El Emperador Francisco José I ordenó en 1857 el derribo de las fortificaciones medievales que rodeaban Viena para construir bulevares. Lo que antes había constituido una ayuda contra los turcos, se convirtió en la capital emergente del Imperio Austro-Húngaro que se estaba creando.
 
El derribo de las murallas dejó una gran cantidad de espacio en el centro de Viena. Esto marca el comienzo de una actividad de la construcción sin precedentes. El Parlamento, la Ópera, el Museo de Historia del Arte y otros prestigiosos edificios históricos surgieron a lo largo de la Ringstrasse de nueva creación. Además de una serie de villas privadas pertenecientes a la aristocracia y la burguesía en ascenso. El auge de la construcción causó una tremenda demanda de piedra: para las fachadas, las escaleras representativas y el pavimento. Y había piedra en abundancia en el Imperio. Elaborar columnas de mármol de Adnet de ocho metros de alto para el pórtico en el Parlamento no supuso un problema técnico ni de logística, fabricar millones de pequeños adoquines para la carretera de circunvalación de cinco kilómetros, tampoco.
 
El ansia de construcción de las metrópolis del Danubio, Viena, Bratislava y Budapest, fue la chispa para el surgimiento de fábricas de elaboración de piedra en todo el Imperio. Miles de trabajadores encontraron su sustento en las obras de piedra, se crearon escuelas de canteros en Austria, República Checa, Hungría y otros países pertenecientes a la corona de los Habsburgo para formar profesionales canteros y escultores. Sólo al final de la monarquía se desaceleró el auge de la piedra. Nunca más ha experimentado la industria de la piedra natural en Austria un repunte como en el vivido en tiempos del Imperio.  El espíritu de la época quería nuevos materiales de construcción y superficies. Las fachadas eran principalmente de hormigón, ladrillo y yeso. Se agotaron muchos tipos de piedra natural, la extracción de algunas de ellas no resultaba rentable y otras resultaba imposible importarlas del extranjero al final de la Primera Guerra Mundial.
 
Sin embargo, Austria es rica en piedras. Se extraen comercialmente 25 variedades entre Vorarlberg y Burgenland. Desde las sienitas de color gris oscuro Gebhartser a las Sölker, mármol de los colores del arco iris que hay en todos los grados de dureza y tonos. En el norte y en el interior de Austria hay canteras de granito Waldviertler. A finales del siglo XIX el ferrocarril abrió las regiones escasamente pobladas y comenzó el auge de este granito.
 
En un radio de cinco kilómetros hay siete variedades: el granito gris, arenoso Herschenberger, el más oscuro Hartenberger, el de grano fino Schrems, una piedra gris, estructurada de manera uniforme, de grano muy fino, el muy oscuro y azulado Gebhartser Aalfanger. Estos granitos se utilizan principalmente en exteriores, tanto en plazas de Viena o Innsbruck, como en grandes estaciones de ferrocarril, como la de Linz, o en centros comerciales. Un ejemplo es Kärntnerstraße (Calle de Carintia) en Viena, que se completó a finales de 2009. Otro ejemplo, este de estilo arcaico, es el rediseño de una rotonda en Maurach en el Tirol. Tres columnas de cinco metros con travesaños elaborados en granito Aalfanger forman un Stonehenge moderno que sirve para separar el tráfico y los peatones entre sí y crear un acceso teatral al lago Achensee.
 
Los mármoles Adnet y Untersberg son las dos principales exportaciones de la provincia de Salzburgo. Petrográficamente, ambos son calizas, pero la palabra mármol suena mejor. Desde la época romana, el beige Adneter y el marrón rojizo Unterberger se complementan. En iglesias históricas en toda Europa se encuentran suelos con las dos piedras colocadas en forma de tablero de ajedrez. La de grano fino y denso Unterberger fue muy utilizada por el arquitecto de la corte bávara. Leo von Klenze lo usó en nombre del rey bávaro Ludwig I en el Salón de la Fama de Walhalla cerca de Ratisbona. La piedra caliza de Salzburgo Unterberg es uno de los materiales de construcción más populares en Austria; esta piedra corre como un hilo rojo a través de la historia de la arquitectura y el arte de Europa. Proyectos de construcción privados y la preservación de los monumentos históricos proporcionan una demanda continua.
 
A una altitud de 1.700 metros la piedra Tauerngrün destaca en el Parque Nacional Hohe Tauern. Es característico el tono oscuro de la serpentinita oliva y las finas vetas de calcita blanca y verde. Debido a la solidez del color y a su resistencia a las heladas y sales de deshielo, esta piedra  se utiliza tanto en arquitectura interior como en exterior. También se emplea en trabajos de cementerio.
 
Inconfundible es también el mármol Sölker de Estiria. Desde la época de los romanos, esta piedra sólida y con dibujos se extrae a 1.600 metros sobre el nivel del mar por encima de Sölktal. Espectacular ejemplo de su uso es la escultura de dos piezas del parque del Banco Santander realizada en 2007 en Mönchengladbach. El mármol, altamente cristalino, se caracteriza por su color rosa con capas de color verde, gris y negro. Se utiliza ampliamente en Spas y hoteles de lujo. Es translúcida hasta tres centímetros de espesor.
 
 
La industria de la piedra en Austria necesita urgentemente enfoques innovadores tales como el diseño de calidad de proyectos que coloquen a las piedras naturales regionales de Austria en un primer plano. En los últimos años, especialmente el granito gris de Austria ha estado bajo una presión considerable. Piedras demasiado baratas procedentes  de China entraron en el mercado austriaco. La tacañería ha hecho mucho daño a los fabricantes de piedra austriacos. Mientras tanto, ha vuelto a cambiar la actitud de los planificadores y constructores, que ahora prefieren las piedras naturales locales. Los productos baratos se destinan cada vez más a las ferreterías. Para la artesanía y la industria de la piedra natural es una gran oportunidad. Con buenos materiales regionales y nuevos talentos competentes, es el momento de hacer diversos esfuerzos de marketing para atraer la demanda. Qué bien suena esto: ¡volver a elegir entre Bregenz o Eisenstadt!
 
Fotos: Richard Watzke